Misión Cumplida

Ayer a la tarde se llevó a cabo en la costanera de la ciudad de Posadas la campaña contra la discriminación del discapacitado con el objetivo de sensibilizar y conscientizar a la sociedad sobre los diferentes conflictos que sufren los discapacitados al momento de viajar por la Provincia, en lo que se refiere a colectivos de larga y media distancia.
El lanzamiento contó con la presencia de la coordinadora de la Asociación de Sordos, integrantes del INADI-Delegación Misiones y de un grupo de chicos y chicas de la Licenciatura en Comunicación Social (UNaM) que fueron distribuyendo volantes, diseñados para tal propósito, a lo largo y ancho de la costanera.
La respuesta de la gente fue sorprendente, ya que muchos preguntaban de qué se trataba, qué debían hacer en caso de que los discriminen etc, mostrando interés ante dicha problemática que está instaurada en toda la provincia y país.
Una campaña que surgió en el aula, pero que logró ubicarse y ganarse un espacio en la ciudad de Posadas. Fue un pequeño aporte para una gran causa....

Lo que fue: De la Fuente y Escafandra en el Montoya

Era la noche del jueves 6 de noviembre, faltaban unos minutos para las 22. Alrededor de treinta personas esperaban en fila para entrar al Auditorio.
Llega uno de los protagonistas de la noche, Osvaldo de la Fuente y da algunas notas para los medios locales que se hicieron presentes. Pasadas las diez de la noche, los más ansiosos empezamos a ingresar al lugar.

Luego, alrededor de las 22:30hs comienza el recital de la banda soporte, Escafandra, que presentó algunos temas de su último disco “Sin Frenos" como también sus canciones más conocidas, las cual hacen cantar al público presente en el lugar.
Luego de un pequeño receso, y de algunas pruebas de sonido, llegó el momento, para muchos, más esperado: el recital de la banda Osvaldo de la Fuente, en el cual presentó varias canciones de “Boomerang”, su último material musical y otras canciones que hicieron cantar a la gente que se encontraba en el Montoya.


Está bueno resaltar, que excepto algunos momentos, el público se noto frío, en los aplausos, en los coros. Esto pudo haber sido resultado de los varios “intervalos” por fallas en el sonido en la última parte del recital a cargo de la banda de de la Fuente, o tal vez, por la estructura del lugar, tal vez, en los recitales de estilos musicales, como son los que hace Escafandra y Osvaldo de la Fuente, pierde un poco esa sensación, movimiento, ganas de bailar y cantar cuando todo el público está ubicados en sillas como es el caso del Auditorio del Montoya.
Cuestiones quizás para replanteárselas…

Luis Salinas en el Club Tokio: Pequeña crónica del recital



Posadas, Misiones. Domingo 2 de noviembre, 18:30 horas. Marcos y yo deambulábamos por las cuadras que rodean al Club Tokio. Ansiosos por espectáculo.
El recital estaba anunciado para las 21 horas, pero esperábamos ilusoriamente la posibilidad de que al pasar por el lugar más temprano alguien nos dijeran: Chicos, ¿quieren presenciar la prueba de sonido? o ¿quieren conocerlo a Luis?
Desgraciadamente, nada de eso paso. Pero charla va, charla viene, y con una Coca Cola mediante, dejamos que pase el tiempo para entrar a ver a uno de los mas grandes guitarristas argentinos: Luis Salinas.
Casi las 21, entrada en mano, nos dispusimos a hacer la cola para entrar al recital. Y entramos.
Una vez dentro, percibimos que la concurrencia no era la deseada, y las sillas que costaban $60 estaban medio vacías, y las de $40, casi vacías. Pero la tribuna casi llena.
Pidiendo permiso a los guardias de seguridad, logramos acomodarnos en las primeras filas. !Increíble que tan solo por $20 estábamos por ver de cerca a un grande de la música nacional!
Salinas nos tiro encima todo su repertorio musical: Jazz Latino, Jazz Fusión, Funk, Baladas, leves aproximaciones al Tango, todo endulzado con el sonido inconfundible de su técnica en la guitarra, tanto criolla como eléctrica.
Fin del recital y broche de oro para la noche: tras escenario pudimos conocer a Luis y hasta... ¡fotografiarnos con el!
00 del lunes marcaban los relojes. El show había terminado. Marcos y yo emprendimos la vuelta con la satisfacción de haber presenciado en primera fila el espectáculo, conocer al famoso músico y hasta fotografiarnos con el. Nada mas se podía pedir.

José A. Oliveira